Año 1917
Óleo sobre lienzo, 70 x 55 cm París, Musée d'Orsay

Claude Monet - Autorretrato

Monet es quizá el menos mundano de los impresionistas, si se exceptúa al ermitaño Cézanne. Raras veces se hizo retratar por los amigos y raras veces se retrató a sí mismo. Las fisonomías no le interesaban y por lo tanto sintió escaso interés por la suya propia. El pintor ejecutó este autorretrato a la edad de setenta y siete años, pero da la impresión de ser casi un boceto realizado, sin prestarle demasiada atención, entre un cuadro de nenúfares y otro. Es una pintura de medianas dimensiones en la cual el rostro, apenas esbozado, denota una gran fuerza expresiva.

En el centro del lienzo, el artista, con una técnica rápida y sumaria, ha representado los rasgos faciales utilizando pigmentos violetas, rosa y anaranjados para la carnaciones, verdes y amarillos para la barba. El rostro se enmarca a base de pinceladas rápidas verdeazuladas. La técnica utilizada está en sintonía con la manera veloz y emotiva con la que trabaja en los Nenúfares de esos mismos años.