1901
Oleo sobre lienzo,
73 x 54 cm
San Petersburgo, Museo Nacional del Ermitage

Pablo Picasso - La bebedora de absenta

Picasso realizó este cuadro en el otoño de 1901, durante su segunda estancia parisiense. El tema de la soledad, representado a través del aislamiento de unos personajes más o menos anónimos en el interior de un café, no era nuevo para los artistas de la capital francesa; ya Degas y Toulouse Lautrec lo habían utilizado en algunas de sus obras. Pero en el joven artista español hay un sentido del drama muy distinto. El café, a diferencia de los cuadros de sus colegas, no posee ningún aspecto cómodo ni acogedor; no hay belleza en estos lugares estudiantiles y llenos de humo.

La escena parece comprimir a la figura femenina, a la que se deja sola en medio del lienzo. La soledad que Degas y Lautrec plasmaban era totalmente íntima y personal, ligada al personaje retratado; en Picasso, esa soledad contagia e impregna el ambiente.

En la Bebedora de absenta la figura está inmóvil: la mano nerviosa se retuerce a lo largo del brazo. Todo es irregular, todo parece recorrido por una fuerte tensión que aísla profundamente al sujeto.