Año 1920-22
Óleo sobre lienzo, 89,5 x 115,5 cm Nueva York, The Museum of Modern Art.

Claude Monet - El puente japonés

La pasión por la cultura japonesa, que invade París en los años sesenta del siglo XIX, conlleva el gusto por el jardín japonés. Monet adquiere en 1890 la casa de Giverny y decide construir en ella un jardín con numerosas especies vegetales, para lo cual encargó a Japón las semillas de los nenúfares. En el estanque de los nenúfares, el pintor hizo construir un pequeño puente de madera a estilo japonés, al borde del cual cultiva numerosas plantas exóticas circundadas de sauces llorones. Este rincón del jardín aparece en numerosos lienzos a partir de 1899.

En las primeras vistas que se dedican a este asunto, opta por representar este trozo de jardín en vistas frontales, que permiten reconocer claramente la morfología del paisaje representado. Conforme progresa en su estudios de nenúfares, también las vistas del puente, que seguirá realizando a intervalos de años entre una y otra, adquieren un significado diferente. La percepción de los colores se altera, tal vez también a causa de las cataratas, que en determinado momento le impiden distinguir formas y tonalidades. Efectivamente, en sus últimos años llega a resultados decididamente abstractos. El color se muestra con mucho cuerpo sobre la superficie del lienzo; se ven salir grumos de pigmento y pinceladas del soporte del cuadro. El artista parece descubrir la pura materia que constituye la esencia de las cosas, avanzando más allá de las posibilidades de la visión humana.