Año 1631
Oleo sobre lienzo, 100 x 57 cm Madrid, Museo Nacional del Prado

Diego Velázquez - Cristo en la cruz

En 1940 se descubrió en este lienzo la firma de Velázquez. Ha suscitado un cierto estupor el hecho de que el artista español, tan reacio a firmar sus obras, haya querido certificar esta obra menor. Al término de la Guerra Civil (1936-1939) fue recuperada entre los cuadros de la bernardas recoletas del convento del Sacramento, en Madrid; las monjas lo ofrecieron a Estado a cambio de la reconstrucción del monasterio, posterior a la época de Velázquez.

Pantorba le dedica un largo comentario, informando que el Servicio de Recuperación Artística la devolvió en 1940 a sus antiguas propietarias, creyéndola obra, como la iglesia, del siglo XVIII y de escuela madrileña. La firma fue descubierta por algunos restauradores del Museo del Prado y considerada auténtica. Esto aumentó indudablemente el valor de este pequeño cuadro, que después, tras diversas negociaciones y ofertas, fue adquirido por el Estado el 15 de mayo de 1946, fecha de la entrega a las monjas del convento reconstruido. Ingresó, pues, en el Museo y fue colocado en la sala en la que está expuesto el Cristo crucificado de San Plácido. El primer catálogo en el que aparece es el de 1949: en él es atribuido a Velázquez y se observa su relación con la técnica de la Fragua de Vulcano. Se trata de un cuadro muy delicado, pero mucho menos afín al estilo de Velázquez que el Cristo de San Plácido, sobre todo por su patetismo un poco teatral, que recuerda, en la expresión del rostro vuelto hacia el cielo, a las cabezas de Cristo de Guido Reni.