Año 1630
Óleo sobre lienzo, 223 x 250 cm El Escorial (Madrid), Monasterio de San Lorenzo

Diego Velázquez - La túnica de José

La pintura de carácter religioso, ejecutada en 1630 durante la primera estancia de Velázquez en Roma, representa una escena, tomada de la Biblia, de la historia de José y sus hermanos, que, envidiosos de su superioridad, lo vendieron a una caravana de ismaelitas.

El artista ha limitado el número de los hermanos de José de diez a cinco. Dos de ellos muestran al anciano padre la túnica manchada de sangre de cabra para convencerlo de la muerte de su hijo predilecto. Jacob, en un pequeño asiento colocado sobre una alfombra, extiende los brazos hacia delante, mostrando el dolor en su rostro. En el lado opuesto, otro hermano de José, de espaldas, parece hacer ademán de llorar, llevándose las manos al rostro. Otros dos, apenas indicados, destacan sobre un fondo liso, que probablemente el pintor destinaba a ampliar el paisaje vecino.

La representación de las reacciones de los participantes en la cruel puesta en escena se lleva a cabo con excepcional eficacia. La acción se desarrolla en una amplia sala con pavimento ajedrezado, un elemento frecuente en las obras de Tintoretto y de Tizano, pero raro y en lo esencial único en Velázquez. Este pavimento a cuadrados muestra un esmerado estudio según las reglas de la perspectiva a la manera italiana. El efecto de profundidad espacial viene dado en parte por el bastón dejado en el suelo.

Un paisaje muy bello de tonos azulados, testimonio de las extraordinarias capacidades del artista sevillano, aparece detrás del joven que finge llorar, volviéndose y llevándose la mano derecha al rostro: un gesto teatral digno del academicismo boloñés y romano.

El perrito ladra a los embusteros hermanos de José como si intuyese su traición. Es un detalle vivaz, que indica una vez más cuánto observaba Velázquez la realidad. El perro, símbolo de la fidelidad en la tradición iconográfica, aparecerá de nuevo en algunos de sus retratos posteriores.