Año Hacia 1666
Óleo sobre lienzo, 121,5 x 166,5 cm Amsterdam, Rijksmuseum Firmado y fechado "REMBRANDT F 16(..)"

Rembrandt - Isaac y Rebeca (La novia judía)

Como en el caso de muchas figuras pintadas por Rembrandt, no está claro si se debe interpretar este cuadro como un retrato con disfraces o como una escena de historia para la cual el pintor se sirvió de dos modelos reales. Lo que es seguro es que el título tradicional con el que se suele denominar (La novia judía) lleva a confusión: refleja la antigua convención de que los personajes representados son un padre hebreo y su hija y que el abrazo que ambos intercambian es un gesto de despedida por el inminente matrimonio de ella.

En el cuadro, un hombre rodea los hombros de la mujer con el brazo izquierdo mientras que pone la mano derecha sobre su pecho; ella responde a la caricia con un ligero toque de la mano. La intimidad de estos gestos no se ajusta claramente a una relación paternofilial; la hipótesis en la que hay acuerdo actualmente es que se trata de marido y mujer.

La comparación de esta obra con un dibujo de Rembrandt ha permitido distinguir con seguridad el modelo iconográfico de referencia para la composición: en el folio se ven dos figuras en la misma actitud de las del cuadro y, detrás de ellas, un personaje que las observa sin ser visto. El tema está tomado del Antiguo Testamento: el hombre que espía es Abimelec, que descubre así la relación entre Isaac y Rebeca. Él creía en realidad que ambos eran hermanos, ya que así lo había dicho el propio Isaac temiendo que alguien pudiese matarlo por causa de ella. La indudable relación formal del cuadro con el dibujo aclara en parte el significado de la obra, pero no la naturaleza del cuadro, que sigue suspendida entre el retrato de aire bíblico y la escena sacra.

Desde el punto de vista del estilo, la monumental frontalidad de los personajes, la luz de ascendencia veneciana, el uso material del color y la armonía de las escasas tonalidades son típicos de los años más tardíos del artista.