Año Hacia 1666
Óleo sobre lienzo, 262 x 206 cm San Petersburgo, Museo Estatal del Ermitage Inscripión "RF RYNF" (apócrifa)

Rembrandt - El regreso del hijo pródigo

Esta obra es generalmente considerada como una de las pinturas más sugestivas de la época tardía de Rembrandt; el hecho de que para muchos estudiosos haya que reconocer en ella la contribución de un discípulo no disminuye su calidad, que deriva, evidentemente, de la concepción inicial del maestro.

En el cuadro se representa el momento final de la parábola del hijo pródigo: en el umbral de la casa, el padre acoge a su hijo arrepentido con un gesto de bienvenida y de perdón. A la escena asisten algunas figuras: el personaje de pie ha sido identificado como el hermano mayor, mientras que el hombre sentado que se golpea el pecho y las mujeres que se vislumbran en el fondo parecen tener un simple papel de circunstantes. Por lo que parece, la intervención del discípulo, tal vez Aert de Gelder, se centró sobre todo en estas figuras secundarias.

Es posible que para este cuadro Rembrandt se inspirara en un grabado del holandés Maarten van Heemskerk, aportando algunas variaciones significativas; en su versión del tema modificó, en efecto, el punto de vista del espectador, haciéndolo coincidir con el del hijo pródigo. El pintor hace especial hincapié en la representación del perdón: el hijo implorante se esconde en el abrazo del padre, que le rodea los hombros con un gesto de ternura y piedad. El joven lleva un traje deteriorado, lleno de desgarrones y agujeros, y sus pies llagados se salen de las sandalias desgastadas.

Con los colores, Rembrandt trazó una única forma armoniosa, compuesta por la túnica del hijo y la vestimenta del padre; con el rojo del manto subrayó el gesto del abrazo. La fecha de este cuadro es muy discutida; la paleta y las elecciones formales y compositivas lo acercan de manera visible a otras obras de los últimos años, como La novia judía y el Retrato de familia.