Año 1910
Óleo sobre lienzo, 55 x 46 cm París, Musée d'Orsay

Pierre-Auguste Renoir - La toilette (Mujer peinándose)

Este cuadro es la enénsima prueba de la fascinación que experimenta Renoir hasta edad avanzada por la intimidad del mundo femenino.

El  lienzo, probablemente pintado en CagnessurMer, representa a una mujer vestida con una camisola blanca mientras se peina durante su toilette matutina.

Es 1910 un año lleno de nuevos éxitos pero también de graves problemas de salud para Renoir; se publica, gracias a la ayuda de su amigo Georges Riviére, la edición francesa del tratado de pintura de Cennino Cennini, un texto para el cual escribe el pintor una nota introductoria.

Renoir sigue pintando retratos solicitados por la alta burguesía europea, no rechazando esta vez el encargo del industrial alemán Thurneyssen, que lo llama a Munich para retratar a su mujer y a su hijo.

De regreso en Les Collettes, sufre un ataque de reumatismo que le deja las piernas completamente paralizadas: desde entonces se verá forzado a la parcial inmovilidad en una silla de ruedas.

MaxPol Fouchet escribe que la mujer, en la obra tardía del artista, es "la gigantesca portadora de vida, la prolífica, semejante a las divinidades generadoras de la prehistoria, madres de la fecundidad.

El color rojo de sus carnes es el de la sangre y el fuego": los gestos que realiza son los eternos e inmutables de la maternidad, de la Venus anadiómena, de la Venus que se peina, de la Fuente, motivos inspiradores de la historia del arte en toda su trayectoria y vehículos de un mensaje ideal.

Los desnudos de estas mujeres, aun sin perder nada de su consistencia plástica antes bien, el pintor se dedica en estos años a traducir a escultura sus propias obras, devienen formas redondeadas, animadas por un ritmo eterno, monumental.