Año Hacia 1879
Óleo sobre lienzo, 55 x 66 cm Chicago, The Art Institute

Pierre-Auguste Renoir - Almuerzo a la orilla del río

Se puede considerar este cuadro como la primera versión del gran lienzo comenzado por Renoir en el verano de 1880, El almuerzo de los canotiers: es muy probable que fuera ejecutado en Chatou o durante una estancia del pintor en Nogentsur-Marne, testimoniada por una carta de su amigo Murer. Se ve a tres personas, dos hombres y una mujer, sentadas a la mesa en una terraza desde la que se pueden vislumbrar el lago y algunas canoas en movimiento. En la figura de la izquierda se ha querido identificar al señor de Lauradour, un amigo del pintor que posó para él en diversas ocasiones.

A diferencia de los hombres, que descansan de las fatigas de una excursión en canoa, como se deduce de su postura y de su atavío deportivo, con camiseta de manga corta a estilo marinero, la figura femenina parece compuesta y discreta, y no está claro si su mirada se dirige hacia el hombre de la izquierda, el supuesto Lauradour, o hacia el lago, para contemplar las otras barcas. La pérgola crea una especie de caja perspectívica en la cual están encerrados los personajes de la escena: a través de la red de madera de la pérgola y del entrelazado de las plantas trepadoras penetra la luz exterior, se tamiza y de difunde en el ambiente. Son éstas las condiciones ideales de luz que agradan a Renoir en estos años: una luz capaz de absorber los colores circundantes y de reflejarlos en las diversas partes del cuadro ofreciendo insólitas esfumaturas cromáticas, bien diferentes del colorido local pero en total armonía con las leyes físicas.

La apertura, único elemento del centro del cuadro que se sustrae a esta singular construcción perspectívica, ofrece al observador una comparación de dos situaciones lumínicas, la interior, con una luz suave y densa en color, y la exterior, clarísima y casi cegadora. Se ha observado cierta semejanza iconográfica y compositiva entre esta obra y una ilustración de un periódico, hecho que pone de manifiesto cómo se estaba alejando Renoir de los asuntos convencionales del Salón.