Año 1878
Óleo sobre lienzo, 173 x 103 cm San Petersburgo, Museo Nacional del Ermitage

Pierre-Auguste Renoir - Jeanne Samary de pie

Para contentar a la crítica y a la actriz, que se había quedado insatisfecha con el Ensueño de 1877, Renoir presenta en el Salón de 1879 su retrato más ambicioso de Jeanne, en el cual la muestra de pie, vestida de baile. Por desgracia, en el Salón no lo colocan bien (lo cuelgan demasiado alto) y por ello casi escapa a la atención de la crítica, muy al contrario de lo que sucedió con el retrato de Sarah Bernhardt por BastienLepage, que, expuesto en otra sala en un lugar más centrado, obtiene un gran éxito. Tras este episodio, la actriz se negará a comprar el cuadro, que permanecerá en el estudio de Renoir hasta su adquisición, ocho años después, por el marchante Durand-Ruel.

Parece ser que, al observar esta obra, madame Charpentier (de la cual expone también Renoir un retrato que, merced al rango social de la modelo, consigue un sitio mejor) se dio cuenta maliciosamente de la mayor corpulencia de la actriz en comparación con el retrato; en efecto, si lo comparamos con las fotografías de la Samary cuya constitución física era más la de una Nana que la de una Margarita Gautier, resulta evidente que Renoir idealizó un tanto a la modelo, afinando y dulcificando sus rasgos y mitigando la vulgaridad de la soubrette.

Tenemos un eco figurativo de esta pintura en el retrato de Isabella Stewart Gardner ejecutado por el americano John Singer Sargent; parece adoptar el esquema compositivo de Renoir, la actitud ligeramente atrevida de la mujer, que se aproxima al espectador, para subrayar al mismo tiempo el glamur mundano y el carácter extrovertido de la coleccionista americana.