Año 1876
Óleo sobre lienzo, 131 x 175 cm París, Musée d'Orsay

Pierre-Auguste Renoir - Baile en el Moulin de la Galette

El cuadro, notable por sus dimensiones y su empeño, es el resultado de muchos meses de trabajo, en 1876, en Montmartre: cada día, los amigos ayudaban a Renoir a transportar el lienzo desde el estudio de la Rue Cortot, donde se había instalado para estar más cerca del tema que deseaba representar, al Moulin. Ésta es la versión más acabada; se expuso en la tercera muestra de los impresionistas, en 1877, y luego perteneció a Gustave Caillebotte, uno de los más importantes coleccionistas de la nueva pintura.

El Moulin de la Galette es en aquellos años un punto de encuentro donde moradores del barrio y artistas se reúnen para divertirse y bailar, y Renoir, pintor magistral de la vie moderne, plasma con ligereza la atmósfera del placer burgués. Muchos amigos del artista posaron como modelos para los danzantes y para el grupo de pintores del primer plano, reunidos en torno a Georges Riviére (crítico muy favorable a Renoir); delante, sentada junto a la mesa, está la modelo Estelle, y a la izquierda la modelo preferida del momento, Margot, que baila con el pintor español Pedro Vidal de Solares y Cárdenas. El espacio del cuadro está construido por tonos y colores que traducen los efectos de luz: es prodigioso cómo Renoir emplea no oscuros tonos de sombra sino sólo el color, con el que reproduce el reflejo del sol en los rostros y vestimentas de los personajes, y en el suelo, teñido de rosa y azul.

La disolución de la forma que deriva de ello fue incomprendida por un crítico, que ridiculizó en el Moniteur Universel las figuras que bailan "sobre una superfice parecida a las nubes violáceas que oscurecen el cielo un día de tormenta". Sólo el crítico Georges Riviére, en el momento de la exposición del cuadro, escribirá en términos entusiastas: "Una página de historia, un momento precioso de la vida parisiense, de rigurosa exactitud".