Año 1892-1893
Óleo sobre lienzo, 107 x 73 cm París, Musée d'Orsay

Claude Monet - La catedral de Rouen a pleno sol

El sol de mediodía invade y transfigura las formas de la catedral. En las zonas de mayor esplendor, los contornos quedan completamente disueltos por la claridad. Las únicas zonas que quedan en la sombra, definiendo la tridimensionalidad de los volúmenes, son la del portal y la del amplio rosetón que lo corona. El punto de vista es muy cercano y obliga a la exclusión de la torre y las partes laterales de la fachada. Los colores utilizados son en su mayoría diversas tonalidades de amarillo. La impresión que produce el color sobre el lienzo es un efecto esponjoso que, si se observa a poca distancia, semeja una especie de goteo. Los volúmenes, que de cerca parecen mezclarse unos con otros, adquieren de lejos una extraordinaria y vibrante definición.

Sin embargo, lo que hoy nos parece líricamente perfecto, representó para Monet una fuente de grandes tormentos creativos. Lo que leemos en sus cartas nos ofrece la imagen de pintor que se afana en su ansia por ver y representar algo que considera lejano e inaprehensible: "Mi estancia aquí va adelante: lo cual no quiere decir que esté próximo a terminar mis catedrales [...] Cuanto más veo, peor voy en la representacion de lo que siento; me digo que el que dice que ha terminado un lienzo es un tremendo orgulloso [...] trabajo a marchas forzadas sin avanzar, buscando, andando a tientas, sin llegar a gran cosa, pero hasta quedarme extenuado".