Año 1886
Óleo sobre lienzo, 65 x 81,5 cm París, Musée d'Orsay

Claude Monet - Tempestad en Bellelle

La obra forma parte del grupo realizado en 1886 en Bellelle, donde Monet reside durante algún tiempo con el objetivo de llevarse a casa vistas de ese lugar majestuoso y terrible al mismo tiempo. El pintor se traslada a la costa bretona para experimentar con un paisaje primitivo y salvaje que contrastara con la suavidad persuasiva y exótica que había representado poco antes en la costa mediterránea, en la región ligur de Borighera. En octubre empieza la estación de las tempestades y Monet estudia con pasión el fenómeno de las borrascas. Decide prolongar su estancia y escribe a su compañera, Alice Hoschedé, para calmar su insatisfacción por el alejamiento, en una carta fechada el 30 de octubre de 1886: "Ya conoces mi pasión por el mar, y éste, a su manera especial, es muy bello. Acostumbrado como estoy ahora a la pintura, creo que observándolo con paciencia, podré realizar algo excelente en pocos meses [...] en suma, adoro el mar y sé que para hacerle justicia al representarlo es preciso mirarlo todos los días, a todas horas, y desde el mismo punto de vista; sólo así es posible aprender su vida".

El cuadro representa un mar enteramente entonado en una gama de blancos sombreados de tonalidades rosas y azules. Las rocas son azotadas con violencia por las olas espumosas que sumergen casi por completo todas las partes de ellas que sobresalen del agua. La parte del cielo se funde con el blanco del mar y no es posible distinguir el límite. El arrecife del primer plano está hecho con pinceladas finísimas compuestas por marrones, azules, rojos, que en el conjunto se funden para formar una masa pardusca que da la impresión de la composición porosa de la roca.