1946
Óleo sobre lienzo, 54 x 65 cm Barcelona, Fundació Joan Miró

Miró - Mujeres y pájaros al salir el sol

Desde 1945 aparece un nuevo elemento en los cuadros de Miró: al fondo gris y fino de la tela se yuxtapone una rociada de blanco que deja sólo un vaga huella. Las figuras hallan su lugar destacándose del fondo puesto de manifiesto por esta zona clarísima. Sobre el blanco, la elegancia de la línea es aún más evidente y hasta los colores resplandecen en toda su vivacidad. En el centro del cuadro hay una figura femenina con atributos sexuales estilizados y un gran ojo luminoso rodeado de alegres seres alados. Un gran sol rojo domina a la derecha del lienzo. Ahora las imágenes nacen y se forman casi automáticamente, ya sin ningún punto de apoyo, y Miró, que se identifica con ellas, ya no carga con lastre alguno, se ha convertido en el satori japonés. Esta obra es un homenaje más al pájaro y a la mujer, que tan frecuente y constantemente hemos visto. El tema del vuelo tiene en sí algo de poético y de mágico, algo inaprehensible que tantas veces aletea en las obras de Miró y se transfigura en estos pájaros, que semejan seres misteriosos y mágicos. La repetición de las referencias al universo femenino es, por su parte, una manera de expresar su apego a la tradición, una tradición que remite al origen del hombre y que por tanto establece un vínculo primigenio, convirtiéndose en una especie de lenguaje preferente para plasmar valores cósmicos y universales. Ambas constantes vienen a representar en el arte de Miró los dos elementos contrapuestos de tierra y cielo, de finito e infinito, entre los cuales el artista establece un diálogo y una armonía como en un juego dialéctico de opuestos.