1945
Óleo sobre lienzo, 114 x 145 cm París, Musée National d'Art Moderne, Centre Georges Pompidou

Miró - La corrida

Este lienzo se presenta casi como la antítesis de los cuadros que representan el mismo tema en la producción de Picasso, que en algunos de sus cuadros y dibujos comparó el ímpetu creador del propio artista con el del toreo. Miró capta la vertiente cómica de un mito en el que se mezclan crueldad y disciplina dando lugar a un espectáculo excitante. Pero si se considera que las escenas humorísticas pueden transformar el miedo, es comprensible el aspecto de catarsis de la corrida. Es precisamente esto lo que plasma Míró en su obra. En un lienzo de fondo azul apagado, aparecen aquí y allá zonas de un tono ocre que recuerda el color de la arena. Una línea gráfica que delinea el contorno de un toro imponente en el centro de la composición, furioso como se ve por el humo que sale de sus fosas nasales. Manchas de color rojo aluden al derramamiento de sangre. Arriba a la derecha, como expresión del "desprecio irónico" del arte de Míró, vemos al torero vestido de fiesta, que vuela por los aires tras su encuentro con el pequeño toro de la izquierda, que luce el mismo motivo del grande en el centro: un pequeño ojo violeta y rojo. Miró interpreta el tema como un grotesco encuentro entre titanes.