Año 1510-1515
Temple y óleo sobre tabla pasado a lienzo, 177 x 115 cm París, Musée du Louvre

Leonardo da Vinci - Baco

Heredado por su afortunado discípulo Salaí, el cuadro fue visto por Cassiano del Pozzo en Fontainebleau en 1625 y descrito como "san Juan en el desierto". Se menciona en 1695 en las colecciones reales como "Baccus dans un paisage". Ha corrido, pues, la misma suerte que el resto de las obras que Leonardo tenía en su estudio: de Francia a Milán, para luego volver definitivamente a París.

Según parte de la crítica, el cuadro representaba originariamente un san Juan Bautista en el desierto; como corroboración de esta hipótesis los estudiosos citaban el hecho de que la adición de los atributos de Baco (la corona de pámpanos, la piel de pantera y el racimo de uva) se hizo estando ya el cuadro en las colecciones francesas, entre 1683 y 1695.

De esta obra existen dos copias, una de Cesare da Sesto y la otra conservada en la iglesia de Saint'Eustorgo de Milán: ninguna de las dos tiene los atributos báquicos. Pero una derivación que se encuentra en Worcester, de mano de Andrea del Sarto, en la cual es palpable la ascendencia leonardesca, revela la existencia de dichos atributos. Es por tanto difícil establecer si el Baco del Louvre nació como san JuanBaco o si los atributos son inserciones posteriores y ajenas a la voluntad de Leonardo. El personaje está colocado en una ambientación naturalista y plantea una vez más el tema de la figura clasicizante.

Lo cierto es que, para ser un Juan Bautista, el personaje no tiene la cruz pero sí el tirso. "A pesar de su mal estado de conservación, esta extraña pintura tiene un encanto singular como imagen nostálgica de un paraíso perdido" (Béguin, 1983).