1922-1923
Oleo sobre lienzo,
53 x 41,5 cm
Madrid, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, legado Dalí al Estado español

Dalí - Botijo

Por el tipo de ejecución y por el asunto, este cuadro parece un ejercicio escolástico y, según la fecha que se propone habitualmente -entre 1922 y 1923-, correspondería a la época en la que Dalí era alumno de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la cual se había matriculado en el otoño de 1921. El lienzo, no obstante, podría ser de un periodo anterior, en el que el artista, aún jovencísimo, asistió a la Escuela Municipal de Grabado del profesor Juan Núñez y expuso algunas obras suyas en el Teatro Municipal de Figueras, donde tuvo un notable éxito y repararon en él dos famosos críticos: Carlos Costa y Puig Pujades.

Tras haber terminado la enseñanza media en el colegio de los Padres Maristas de Figueras, el único de la ciudad que preparaba el examen para acceder a los estudios superiores, Dalí había querido ir de inmediato a la Academia, pero se topó con la resistencia de su padre, que prefería para él una profesión burguesa más sólida. Si bien numerosos artistas e intelectuales que formaban parte de su entorno, observando las dotes poco comunes del joven, se esforzaron en persuadirlo para que dejase a Salvador en libertad de seguir su vocación, no fue hasta después de la prematura muerte de su mujer en febrero de 1921 cuando consintió en acompañar a su hijo a Madrid para hacer el examen de ingreso en la Academia. Dalí lo superó brillantemente, realizando el dibujo requerido de manera perfecta, aunque (y esto dice mucho de su carácter, que no toleraba ninguna disciplina que no se hubiese impuesto él mismo) en dimensiones distintas de las exigidas.