Hacia 1921
Oleo sobre lienzo,
52 x 45 cm
Colección particular

Dalí - Autorretrato

En este autorretrato, uno de los muchos que realizó en el transcurso de su larga carrera, el artista se representa ante un fondo de paisaje en el cual es bien reconocible la línea de la costa en la que se vislumbra el pueblo de Cadaqués, donde la familia Dalí poseía una casa de veraneo en un lugar espléndido, casi la orilla del mar. Dalí aprendió a amar estos lugares desde su más tierna infancia y su apego visceral a ellos duró toda su vida. Reconocibles o -en los cuadros de la época surrealista- profundamente transfigurados, son el escenario encantado en el cual el pintor hace vivir a sus criaturas, ya sacadas de la realidad ya del mundo onírico.

Inmerso en una vibrante luz anaranjada, el rostro del joven Dalí, marcadamente caracterizado por los oscuros arcos de las cejas y por las largas patillas, adquiere una extraña singularidad. Muy similar al Autorretrato rafaelesco con cuello realizado en 1920-1921, también éste recuerda al autorretrato de Rafael en el fresco de la Escuela de Atenas o a la figura del joven arrodillado con turbante en la Misa de Bólsena. Con sólo quince años, Dalí había publicado en la revista Studium una serie de artículos sobre grandes maestros del pasado (aunque no incluyó a Rafael), en los que revela una cultura y un conocimiento de la historia del arte nada habitual en un joven de esa edad. Su admiración por Rafael no disminuyó nunca; en una clasificación personal hecha por él comparando diversos maestros del pasado y algún contemporáneo (titulada Cinquanta secrets md-gics), sitúa al pintor de Urbino, junto con Velázquez y Vermeer, en las cumbres del arte pictórica.