1888
Óleo sobre lienzo,
60 x 49 cm
Otterlo, Króller-Müller Museum

Vincent van Gogh - Retrato de Milliet

El subteniente de los zuavos PaulEugéne Milliet fue una de las personas con la cuales el artista entabló amistad en Arles, donde aquél se encontraba de permiso tras haber combatido en Tonkín. Milliet era un artista aficionado y tomó algunas clases de dibujo con Van Gogh, negándose, sin embargo, a aprender a pintar con él, pues desaprobaba sus métodos: "Pintaba con demasiada libertad, sin prestar atención a los detalles y sin hacer bocetos... Sustituía el dibujo por los colores". Milliet describió a su amigo como "un tipo extraño [...] impulsivo y extravagante, como si hubiese estado mucho tiempo bajo el sol ardiente del desierto [...] que se volvía anormal cada vez que echaba mano de un pincel" (citado en J. Rewald, Dopo l'Impresionismo, ed. it., Milán, 1995, p. 211). El zuavo aparece de medio busto ante un fondo azul, pintado de manera más libre en comparación con los retratos de la Mousmé y el cartero Roulin. También Milliet es retratado de uniforme, en el cual destaca una medalla al valor.

Van Gogh se centra en el rostro: describe con atención las cejas, la barba y los largos bigotes rojizos, las pequeñas orejas de soplillo, la nariz. La gorra torcida da al personaje un aire presuroso que se compadece bien con la mirada resuelta y la expresión ceñuda. En el ángulo superior derecho están pintadas la media luna y la estrella: a Vincent le fascinaban los relatos de Milliet sobre Indochina, que también impresionaron a Gauguin, hasta tal punto que, aunque seguía esperando a conseguir el dinero para un nuevo viaje a la Martinica, pensó durante un cierto tiempo en ir a Tonkín.