Año 1636, con modificaciones posteriores
Óleo sobre lienzo, 185 x 203 cm San Petersburgo, Museo Estatal del Ermitage. Firmado y fechado "REMB(...) F 1(..)6"

Rembrandt - Danae

Entre los bienes de Rembrandt que figuran en el inventario de 1656 es posible reconocer este cuadro, que evidentemente permaneció largo tiempo en el estudio del pintor.

Éste, en efecto, volvió sobre él años después de la primera versión: los análisis radiográficos documentan extensos repintes, que por la riqueza cromática y las finas modulaciones de las pinceladas parecen remontarse al periodo de la Ronda de noche.

El tema se ha malinterpretado muchas veces, pero no hay duda de que se trata de un mito narrado en las Metamorfosis de Ovidio: Danae, hija del rey Acrisio, fue encerrada por su padre, que que, ría impedir que concibiera un hijo. Un oráculo había predicho a Acrisio que moriría a manos de su propio nieto.

La profecía se cumplió de todos modos, pues Zeus, transformándose en lluvia de oro, logró visitar a la joven y de su unión nació Perseo, que mató al rey durante una competición de jabalina. En el cuadro se representa el encuentro entre Danae y Zeus: la muchacha se da cuenta de la presencia divina, que se manifiesta en la forma de una cálida luz dorada que todo lo invade.

En la tradición iconográfica, esta representación se difundió en paralelo a la más tradicional, en la cual el dios aparece en forma de una lluvia de monedas de oro. Con su elección, Rembrandt quería tal vez poner su atención en el aspecto espiritual del amor divino. Al tema de la pureza podría aludir también la escultura dorada de la cabecera del lecho: en la representación de Anteros, un amorcillo lloroso y con las manos atadas, se lee un símbolo del amor puro y de la castidad.

La delicadeza lumínica y el virtuosismo en la descripción de las telas y del rico lecho con dosel hacen de este lienzo una de las mejores obras del periodo barroco del artista. En 1985, la Danae sufrió una vandálica agresión con un ácido, que la dañó gravemente.