Año 1892
Óleo sobre lienzo, 116 x 90 cm París, Musée d'Orsay

Pierre-Auguste Renoir - Muchachas al piano

El cuadro fue adquirido por Henri Roujon durante la exposición individual de Renoir celebrada ese año en la galería de Paul Durand-Ruel: a instancias de Stéphane Mallarmé, el comprador se propone crear una colección permanente de artistas vivos en el Palacio del Luxemburgo. Es evidente en este momento que nuestro pintor es uno de los artistas franceses más conocidos de la época.

En los primeros años noventa, el pintor pasa mucho tiempo con Berthe Morisot y su marido Eugéne Manet (hermano de Édouard, el pintor), visitándolos en su casa de campo de Mézy y en París; en aquellas ocasiones, la hija de ambos, Julie, le servirá de modelo para algunas composiciones en la cuales Renoir abandona el estilo severamente lineal de la década anterior y recupera las mórbidas armonías cromáticas aprendidas en los años del impresionismo. Muchos de los cuadros que Renoir ejecuta en este periodo retratan a muchachas dedicadas a actividades domésticas, juegos, lecturas o ejercicios musicales.

En éste se deleita en la descripción de los diversos detalles del ambiente doméstico en el cual se hallan las jóvenes: los cuadritos del fondo, la cortina, el jarrón de flores de la derecha, mientras que la deliciosa inmersión en los estudios musicales es un motivo que parece eco de la producción contemporánea de su amiga Berthe Morisot.

Las tonalidades dominantes en el cuadro son amarillo, anaranjado y rojo. La protagonista de la escena es la muchacha rubia sentada en primer plano; la atención del pintor se detiene en las delicadísimas transiciones tonales de los cabellos, el lazo y el vestido; posee gran elegancia formal la mano derecha de la muchacha, que casi semeja acariciar las teclas del piano.