Año 1874
Óleo sobre lienzo, 80 x 64 cm Londres, Courtauld Institute Gallery

Pierre-Auguste Renoir - El palco

Una modelo de Montmartre llamada Niní "Gueule de Raie" y Edmond, el hermano del pintor, posan para este cuadro, expuesto en la primera muestra de los impresionistas en 1874.

La obra es singular por la elección del tema un palco de la Ópera, desde luego no una escena al aire libre como muchas de las obras expuestas por Nadar aquel año, sino un fragmento de la vida mundana parisiense de la Belle Époque, tan bien conocida por las obras de Degas. El cuadro, si bien realizado en el taller ante modelos expresamente estudiados, conserva la frescura de la obras hechas improvisadamente, produciendo una ilusión de gran inmediatez, de instantánea fotográfica.

El pintor se recrea largamente en la opulencia de las telas del vestido de la mujer, que contrasta con el tono delicado de su piel (acentuado por la rosa que le adorna el cabello); con ligeros toques de pigmento bosqueja detalles como los brillantes pendientes y las rosas del pecho. La figura masculina forma pictóricamente una unidad con la femenina mediante la franja negra del vestido de ésta, que se funde con la chaqueta del caballero; los dos personajes, sin embargo, no se miran: él atisba con los prismáticos fuera del palco; ella se asoma y dirige al observador del cuadro una mirada directa, como expectante.

Definido por el crítico Roberto Longhi como "el cuadro tal vez más acertado de la era moderna", "El palco" sorprende por la representación inmaterial de las telas, de los pormenores, de las figuras protagonistas, que, merced a un habilísimo juego de contrastes cromáticos, no pierden concreción sino que, por el contrario, adquieren nueva fascinación para quien las contempla.