Año 1868
Óleo sobre lienzo, 59 x 80 cm San Petersburgo, Museo Estatal del Ermitage

Pierre-Auguste Renoir - La Grenouillére

En estos años, la Grenouillére, un complejo balneario a orillas del Sena, es uno de los sitios más frecuentados por la burguesía parisiense para pasar el tiempo libre. Es aquí donde nace la pintura que después será llamada impresionista, gracias a las investigaciones sobre la luz de Renoir y Monet, que han puesto su empeño en captar, con rápidas pinceladas, episodios de la vie moderne de la que habla Baudelaire en una de sus famosas reseñas de arte acerca del Salón de 1846: "El heroísmo de la vida moderna nos circunda y nos envuelve", y más adelante "Modernidad es todo cuanto es transitorio, fugaz, contingente, una mitad, el arte; la otra mitad es lo eterno, lo inimitable".

Existen varias obras dedicadas por Renoir a la frenética expresión de la diversión moderna: véanse los celebérrimos Baile en el Moulin de la Galette, Baile en la ciudad, Baile en el campo y muchos otros.

En el centro de la composición hay una isla artificial poblada por un grupo de personas; a la derecha se vislumbran algunos bañistas y barcas, a la izquierda la esquina de una fonda. En comparación con las obras anteriores, este cuadro tiene un particular carácter de boceto: Renoir se limita a sugerir apenas los sujetos concretos, pero su atención se centra claramente en la superficie del agua, que refleja con colores vivaces y cambiantes la luz del sol y la naturaleza circundante. Trazos rápidos, toques puntiformes y veloces manchas de color captan el centelleo de un día veraniego, el movimiento del agua, los gestos de los bañistas, con la intención de reproducir las impresiones y las sensaciones percibidas por los ojos.

Mientras que Monet está más absorbido en fenómenos rigurosamente visuales y del mismo motivo ofrece una representación más analíticamente estructurada, Renoir está más interesado en reproducir la vivacidad de la escena, la atmósfera cálida y vacacional del lugar.