Año 1864
Óleo sobre lienzo, 81 x 65 cm París, Musée d'Orsay

Pierre-Auguste Renoir - Retrato de William Sisley

Renoir expone el retrato del padre de su amigo Alfred Sisley en el Salón de 1865, tras su primer éxito en el Salón del año anterior con el cuadro Esmeralda bailando, después destruido por el propio artista cuando, habiéndose adherido a la poética impresionista, haya superado esta breve etapa juvenil aún ligada a temas literarios (el de dicho cuadro está inspirado en la novela de Víctor Hugo Nuestra Señora de París) y a una pintura todavía académica.

El encargo de este retrato se debe muy probablemente a Alfred Sisley al que había conocido en el estudio de Gleyre junto con Monet y Bazille, deseoso de ayudar a su amigo, dotado de talento pero con escasos recursos. William Sisley es un hombre de negocios nacido en 1799 en Francia de padre inglés; murió a principios de la década de 1870. Poco se sabe de este personaje, pero se sostiene que dio una educación bastante liberal a su hijo Alfred, permitiéndole, a pesar de la ausencia de antecedentes familiares, dedicarse a la pintura.

En la estructura y en la gama cromática, relativamente sobria, Renoir confiere un aspecto deliberadamente austero al padre de su amigo; la mano derecha levantada para sujetar las lentes es el único elemento que alivia la rigidez y la simetría de la actitud.

El pintor recurre a un modelo relacionado con la retratística neoclásica e ingresiana (véase, por ejemplo, el Retrato de monsieur Benin de Ingres), dando prueba de su extraordinario talento pictórico en los estudiados pasajes tonales del rostro del personaje: los tonos cálidos de las carnaciones, firmemente modeladas, dan relieve al rostro, destacándolo del negro intenso de la chaqueta y del indefinido fondo marrón. La esencialidad de la composición y la elección de la media figura acentúan el aspecto oficial del retrato, todavía my lejano de la vivacidad y de la fluida libertad de los retratos posteriores.