1914
Óleo sobre lienzo, 133 x 104 cm Zurich, Kunsthaus

Picasso - Guitarra sobre una mesa

Aduras penas se reconoce la estructura de la guitarra, que en esta obra experimenta un fraccionamiento que recuerda la técnica del collage. Unas formas rectangulares, a veces presentadas con un ligero relieve, se superponen con sus colores y con su imitación de retales. La pintura imita materiales, formas, espesores y fantasías diversas para dar al objeto representado la familiaridad doméstica de la que se le ha privado a fin de insertarlo en un contexto bidimensional. Uno de los rasgos fundamentales de la pintura cubista era el de figurar los objetos de manera imitativa, pero mediante un sistema de trasposición de las formas. Las zonas cóncavas y convexas, los llenos y los vacíos ya no contribuyen a la definición de los volúmenes; ahora el objeto es diseccionado, representado según el conocimiento que el pintor tiene de él y no según su apariencia; los volúmenes aparecen aplanados conforme a una lógica en la cual el primer plano tiene la misma importancia espacial y perspectívica que un objeto distante. Cuerdas, caja de resonancia y clavijas están indicados y a veces metafóricamente representados, sin necesidad de una clara y específica referencia visual descodificable. Picasso fabrica su instrumento: una guitarra compuesta por grandes planos geométricos combinados, cuyo resultado podría parecer abstracto si no fuese por algunos indicios que mantienen un sistema figurativo.