1908
Óleo sobre lienzo, 185 x 108 cm San Petersburgo, Museo Estatal del Ermitage

Picasso - La dríada

El otoño de 1908 constituyó una de las etapas más importantes del cubismo. En septiembre, Braque presenta en el Salón de Otoño seis vistas de L'Estaque, muy cézannianas y al mismo tiempo abstractas, que sin embargo fueron todas ellas rechazadas. Al parecer, entre los miembros del jurado se hallaba Matisse, quien afirmó que Braque estaba haciendo "cubitos". Se cree que ésta fue la primera vez que se usó el término para definir los experimentos de Braque y Picasso. En aquel mismo periodo, rico en experimentaciones, estaba naciendo La dríada. El cuadro representa un desnudo de mujer, descompuesto y desequilibrado, que parece tallado en madera. La postura no es rígida y frontal, como en la Mujer con abanico, sino que, por el contrario, se diría que la figura se desanuda en unos movimientos convulsos que le confieren un aspecto inanimado. Los miembros se mueven con esfuerzo en un paisaje anguloso y escultórico. En la actitud de la figura está todavía vivo el recuerdo de las Señoritas de Aviñón y del arte negro. Falta la introspección psicológica. La figura pierde todas las características humanas para formar una unidad con el ambiente que se muestra detrás de ella.