Año de 1662 a 1665
Oleo sobre lienzo, 232 x 522 cm Madrid, Museo del Prado

Bartolomé Esteban Murillo - El sueño del patricio

Entre 1662 y 1665 Murillo realiza uno de los encargos más importantes de su carrera, los cuatro grandes lienzos para el templo sevillano de Santa María la Blanca. Esta iglesia, una vieja sinagoga medieval, iba a ser restaurada aprovechando el fervor religioso y festivo fruto de la concesión en 1661, por el papa Alejandro VII, de una bula que reconoce como dogma la Inmaculada Concepción. El principal promotor de la obra fue don Justino de Neve, canónigo de la catedral, quien tal vez sugirió alguno de los temas a Murillo. Son: El sueño del patricio y El patricio relata su sueño al papa Liberio para la decoración del crucero, y El triunfo de la Inmaculada Concepción y La Iglesia Triunfante para los testeros de las naves laterales.

Cuando la iglesia fue consagrada en agosto de 1665, las pinturas ya estaban colocadas en su lugar; permanecieron allí hasta que, durante la Guerra de Independencia, el mariscal Soult los sustrajo como parte de su botín de guerra. Los dos relativos a la historia del patricio volvieron a España en 1816. El Sueño del patricio narra la leyenda de la fundación de la Iglesia de Santa María de las Nieves en Roma.

Murillo coloca el episodio en una estancia de la casa del patricio. El fuerte claroscuro está sugerido por la aparición de la Virgen, cuyos destellos iluminan el cesto de labor y el perrillo de primer plano, así como por el paisaje agreste que se abre más allá de la columna. El tema del sueño, que ya había sido tratado anteriormente por Murillo para pintar al Niño Jesús, se extiende a todos los personajes, desde el perrito que duerme hecho un ovillo hasta el patricio, vencido por el sueño sobre la mesa, y la mujer, que descansa a sus pies. La factura suelta e impresionista, de maestría excepcional, sugiere ya la técnica vaporosa que caracterizará el estilo más avanzado del pintor.