Año 1888
Óleo sobre lienzo, 92 x 80 cm San Petersburgo, Museo Estatal del Ermitage

Claude Monet - Prados en Giverny

La campiña que rodea la residencia de Giverny no parece cansar nunca la mirada del pintor, que afirma que sigue persiguiendo sin descanso a la naturaleza sin poderla aferrar. A finales de la década de los ochenta, Monet se halla en una situación económica mejor en comparación con los años anteriores, gracias a las estrechas relaciones de Durand-Ruel con el mercado americano.

En realidad, Monet no está muy contento con que sus lienzos vayan a parar "a tierra de yanquis", como él dice, pero acaba resignándose, ya que no no obtiene ingresos que le permitan hacer realidad su proyecto de construir en el parque de su residencia un estanque de nenúfares en el que se basará la mayor parte de sus estudios de los últimos años. Otro canal comercial, aunque de dimensiones mucho más reducidas, es Rusia. El cuadro Prados en Giverny es adquirido en la casa Durand-Ruel por el coleccionista Scudin de Moscú. El paisaje es interpretado de manera sintética; el primer plano está ocupado por un extenso prado verde y amarillo, en el cual se alzan las siluetas de los árboles que se recortan sobre el fondo. El pintor se aproxima a las investigaciones cromáticas que profundizará poco después en la serie de los Almiares de heno.