Año 1638-1639
Óleo sobre lienzo, 106 x 83 cm Madrid, Museo Nacional del Prado

Diego Velázquez - El bufón Juan Calabazas, llamado Calabacillas

El personaje retratado está sentado trabajosamente en el suelo, dada su deformidad. Lleva un traje verde con cuello y puños de vaporoso encaje de Flandes, pintado con la soltura y la atención que acostumbra Velázquez en los ornamentos. A la derecha del bufón hay una calabaza de la mejor calidad, dorada y brillante, y a su izquierda se ve lo que podría ser un gran jarro de vino o simplemente otra calabaza.

El apodo Calabacillas, derivado de "calabazas", alude evidentemente a su desgraciada condición. En un primera época, el bufón estuvo al servicio del cardenal infante don Fernando de Austria. Tras la partida de éste a Flandes, en julio en 1632 pasó al servicio del rey Felipe IV. La muerte de Calabacillas aconteció en octubre de 1639, por tanto la fecha del retrato es anterior.

La imagen del bufón de amplia frente es absolutamente realista: se caracteriza por un evidente estrabismo y por su expresión sonriente. La pintura se cuenta sin duda entre los testimonios más angustiosos de la realidad producidos por Velázquez.