Año Hacía 1629
Óleo sobre tabla, 34,1 x 25 cm La Haya, Mauritshuis

Rembrandt - Andrómeda

En el conjunto de la obra de Rembrandt, esta pequeña tabla de extraordinaria intensidad dramática constituye la primera pintura conocida en la que el artista representó un tema mitológico.

Es protagonista de la escena Andrómeda, hija del rey de Etiopía y de Casiopea; para castigar la soberbia de su madre, que se jactaba de su belleza, Poseidón mandó que la muchacha fuese ofrecida a un monstruo marino.

Andrómeda fue atada a un peñasco; la socorrió el héroe Perseo, que mató al monstruo y la tomó como esposa.

El cuadro de Rembrandt se aleja de la tradición iconográfica, ya que centra la narración exclusivamente en la figura de la víctima, sin indicación alguna del monstruo ni del heroico liberador.

Según un método de descontextualización frecuente en sus cuadros posteriores, Rembrandt parece encerrar los presupuestos y el desarrollo de la historia en la expresión y en la actitud de la protagonista, captándola en el momento crucial.

Es posible que en el tratamiento de la figura de la joven el artista se haya inspirado en la ilustración de un manuscrito medieval conservado en la biblioteca de la universidad de Leiden: la imagen se reproducía en una estampa de Jacques de Gheyn II que Rembrandt había tenido sin duda ocasión de ver. Andrómeda es el primer desnudo femenino pintado por Rembrandt; en torno a 1631, el artista volvió sobre este motivo en dos aguafuertes, Mujer desnuda sentada en un túmulo y Diana en el baño, para el cual quizá utilizó a la misma modelo.

La fecha de la tablita la precisa también la comparación con Jeremías lamentando la destrucción de Jerusalén (1630), obra en la que se desarrollan con mayor madurez algunos expedientes formales de la Andrómeda.

También la figura del profeta está construida siguiendo una diagonal y resalta dentro de un halo luminoso que se obtiene dejando emerger el gris de la preparación.