1924
Óleo sobre lienzo, 113,8 x 97,2 cm Washington, National Gallery of Art

Picasso - Arlequín músico

La guerra causó entre parte de los artistas un deseo de volver al mundo ordenado y tranquilo representado en los cuadros de Rafael, Poussin, Ingres y Seurat. También Picasso acogió esta poética, como muestran las obras ejecutadas en 19221923 y la colaboración con Cocteau para los decorados de Antígona. Pero, como declaró el mismo artista en una entrevista con Marius de Zayas, "los muchos estilos que he usado en mi arte no deben ser considerados como fases de una evolución... Cada vez que he tenido algo que decir lo he dicho del modo en que he sentido que debía decirse". Así, Picasso, en paralelo a las experiencias monumentales de Tres mujeres en la fuente, Gran bañista y La flauta de Pan, sigue pintando cuadros cubistas como Los tres músicos. Arlequín músico está dentro del estilo de los numerosos dibujos realizados durante la fructífera estancia en JuanlesPins en verano de 1924; dibujos, bocetos, naturalezas muertas y arlequines llenaron los cuadernos del artista. La superficie irregular, de colores sucios, indica que la obra sufrió algún replanteamiento; la radiografía ha confirmado que el proyecto inicial era distinto, pero los cambios han sido tan numerosos que no han dejado huella del dibujo original. Se cree que Picasso pensó en un primer momento en una naturaleza muerta. La flexibilidad de la composición, que puede ser interpretada, y el no existir una necesidad de identificar el sujeto en una sola figura llevaron al artista a introducir elementos ajenos a la naturaleza del arlequín; incluso uno de los ojos es sustituido por un sexo femenino. Esto, como el alejamiento, cada vez más marcado, de los personajes de su representación humana, anuncia las deformaciones monstruosas que invadirán los lienzos de Picasso en 1925.