Año 1899
Óleo sobre lienzo, 89,5 x 100 cm París, Musée d'Orsay

Claude Monet - El estanque de los nenúfares, armonía verde

El cuadro, que representa un rincón del jardín de Monet en Giverny, está concebido como una armonía de colores en la cual predominan las tonalidades verdes. El pigmento es denso y pastoso como en el ciclo de las Catedrales de Rouen. El puente japonés, pintado en el centro de la composición, divide el espacio pictórico en dos zonas horizontales. Los efectos de perspectiva están completamente ausentes y en este trabajo el pintor vuelve a inspirarse en la pintura japonesa, de la cual poseía una importante colección. Una de las habitaciones de su casa estaba incluso revestida por entero de estampas japonesas que había adquirido, en su mayor parte, en Holanda. En 1896 escribe a un amigo comerciante: "Gracias por haber pensado en mí para las Flores de Hokusai". De los pintores japoneses había aprendido a coordinar el espacio según cánones diferentes de los de la tradición occidental. Además del conocimiento de la pintura japonesa había adquirido la capacidad de concebir la vista paisajística según criterios decorativos.