1890
Óleo sobre lienzo, 102,6 x 50 cm Basilea, Kunstmuseum

Vincent van Gogh - Marguerite Gachet al piano

La hija del doctor Gachet, que contaba diecinueve años y a la que Van Gogh ya había pintado en el jardín, posó para él al piano. Aunque no es un retrato en sentido estricto, el artista estaba muy contento de aventurarse con la figura humana. La muchacha aparece de perfil, con el cabello recogido sobre la nuca y los ojos bajos, fijos en el instrumento, en una expresión más triste que concentrada. La piel es muy clara, casi diáfana, y crea un efecto de tono sobre tono con el largo vestido blanco. El cuadro, de factura vivaz, se ba-sa en tres colores: la masa luminosa de la figura, a la que hacen eco el teclado y la partitura abierta, se recorta ante una pared verde claro con puntos rojos y ante el pavimento oscuro, entre rojo y marrón, y también contra la madera del piano. Si el colorido es deliberada-mente limitado y esencial, la ejecución, por el contrario, es rica y elaborada, con pinceladas pastosas, saturadas de color, en especial el vestido blanco, cuyo espesor es perceptible incluso en la fotografía. Como en el retrato del padre, Vincent combina en la representación de Marguerite técnicas de ejecución diversas. Los trazos densos del vestido, que se pliegan siguiendo la dirección de la tela, son utiliza-dos también para el suelo, a cuyo fondo rojo se superpone una retícula de signos marrones. La pared del fondo está compuesta, co-mo ya sucedía en el retrato del doctor Gachet, por una cuadrícula monocromática, mientras que la madera del piano se traduce en largos trazos marrones. En el transcurso de una rápida visita a Theo, Vincent fue al es-tudio de Toulouse-Lautrec para ver los últimos cuadros de su amigo. El artista había terminado hacía poco una Mujer al piano cuya similitud con el cuadro de Van Gogh es impresionante. Él mismo se quedó asombrado y contó a su hermano que la había visto con emoción.