1889
Óleo sobre lienzo, 74 x 92 cm Colección particular

Vincent van Gogh - El dormitorio de Saint-Paul

La obra representa el interior del manicomio de Saint-Paul de Mausole, el cual, al contrario que la arquitectura exterior, el jardín claustral y el campo circundante, era bastante deprimente. En algunas fotografías se ven largos corredores bajos y tétricos y barrotes en todas las ventanas. Van Gogh, de todos modos, no utilizaba el dormitorio, sino que tenía a su disposición dos habitaciones, que daban a los campos, una de las cuales le servía de estudio. La asistencia que se prestaba a los enfermos era más bien superficial, entre otras cosas por la avaricia del director del establecimiento. Aun opinando que el artista padecía de manía aguda y ataques de epilepsia, la única terapia que le había prescrito eran dos prolongados baños semanales. El mismo Vincent contaba que "el tratamiento de los enfermos en este hospital es muy fácil., porque no se hace absolutamente nada" (carta a Theo 605, 19 de septiembre de 1889); además, estaba convencido de que el mejor remedio en su caso era la pintura, la única actividad que lo apasionaba hasta el punto de absorberlo por entero.

El cuadro transmite el estado de abandono en que se dejaba a los internos, reunidos en torno a la estufa. Sin embargo, la atmósfera no parece triste: casi todos están dedicados a alguna solitaria actividad, la enorme estancia es discretamente luminosa y el verde de las paredes, el techo y las cortinas que aíslan las camas confiere al ambiente una cierta serenidad. Las formas están delineadas de manera segura y sintética, encerradas por un contorno negro, pero en el colorido y la actitud de los enfermos casi parece dejarse ver un recuerdo de las obras holandesas de la que había hecho copias.

La presencia de enfermos recuperados servía de consuelo a Van Gogh: "Creo que he hecho bien en venir aquí. Observando la 'realidad' de la vida de los locos [...] pierdo el vago terror, el miedo a la cosa y poco a poco puedo llegar a considerar la locura como una enfermedad como cualquier otra" (carta a Theo 591, 9 de mayo de 1889).