1888
Acuarela, 47,5 x 62 cm Milán, Gallería Cívica d'Arte Moderna

Vincent van Gogh - Mujeres bretonas

La escena se inspiró en una pintura de Émile Bernard, que pasó mucho tiempo trabajando en Bretaña junto con Gauguin. Fue uno de los creadores del sintetismo, cuyos axiomas son bien visibles en la copia realizada por Van Gogh. Los detalles se reducen a lo esencial; las superficies son aplanadas por los campos de color y por el uso de la línea negra de contorno. En la base del sintetismo estaba también el rechazo a seguir el modelo, prefiriendo una pintura basada en la memoria y en la idea. Aunque Vincent había hecho algunas pruebas en este sentido, era contrario a lo que definía como "abstracciones" o volvió muy pronto a pintar del natural, única garantía, a su modo de ver, de una pintura "auténtica", que respetase la esencia de la naturaleza. Independiente y fiel a sí mismo, a Van Gogh no le interesaba en modo alguno entrar en uno de los movimentos pictóricos contemporáneos y en diversas ocasiones sostuvo que deseaba "hallar nuevo vigor en la realidad [...] sin partidismos parisienses", es decir, sin las discusiones sobre las etiquetas artísticas en torno a las cuales se encendía el debate crítico de la capital. La pintura de Bernard inició a fines de los años ochenta el camino del misticismo religioso y Vincent destrozó sin términos medios su nueva trayectoria: "El Cristo con la cruz a cuestas" es horrendo [...] No te perdono ni siquiera el dibujo, digo el dibujo, en esa composición [...] No quiero devanarme los sesos con esas cosas" (carta a Bernard 21, primeros de diciembe de 1889).

Las críticas, claro está, no agradaron a Bernard y las relaciones entre ambos artistas parecieron enfriarse. Sin embargo, su amigo fue uno de los mayores defensores de la pintura de Van Gogh e hizo cuanto pudo porque llegase a ser conocida. Fue él quien presionó al escritor Albert Aurier para que publicase un primer artículo sobre su colega y también quien ayudó a Theo a organizar una retrospectiva tras la muerte de Vincent, manteniendo el empeño aun después de la desaparición de su hermano.