Año 1888
Óleo sobre lienzo, 91,4 x 73,7 cm Nueva York, The Metropolitan Museum of Art

Vincent van Gogh - La arlesiana

Esta es la primera versión de un retrato que Van Gogh pintó en numerosas variantes. Representa a madame Ginoux, propietaria del café de Arles donde el artista acostumbraba a pasar la velada y que fue a su vez el tema de diversos cuadros. La arlesiana es fruto del período de convivencia con Paul Gauguin cuando Vincent veía realizado su sueño de dar vida a un "taller del sur", un estudio en el cual varios pintores pudieran trabajar en común. Esperaba que cultivarían los mismos temas y motivos para comparar los puntos de vista individuales y elaborar un arte nuevo y coral. Gauguin se había sentido de este modo impulsado a crear una vista nocturna del café, pero cambió completamente la estructura de la realizada por Vincent, colocando en primer plano el retrato de la propietaria. Madame Ginoux fue varias veces a la Casa Amarilla a posar; mientras Gauguin hacía los bocetos para su cuadro, Van Gogh pintaba su propio lienzo.

La arlesiana de Vincent es una imagen mucho más vigorosa que la de su compañero. El artista escogió uno de sus deslumbrantes contrastes cromáticos, típicos del período de Arles, combinando con la masa oscura de la mujer un fondo de amarillo vibrante. A pesar de esta pantalla monocroma, el cuadro muestra una cierta profundidad gracias al semicírculo de la mesa verde y a la colocación del personaje, de tres cuartos. Van Gogh elige un encuadramiento original, desacostumbrado, como si se tratase de una instantánea, que abarca solamente un trozo de mesa y corta una esquina del libro abierto fuera del objetivo. Las formas simplificadas, sintéticas, confieren una gran fuerza al retrato: la mirada del observador se centra sólo en algunos detalles, la cinta azul del gorro sobre el respaldo de la silla, la masa luminosa de la pechera blanca, la postura del codo apoyado en la mesa y de la mano que sostiene el rostro de la mujer, dándole un aire a un tiempo distraído y resuelto.