1903
Oleo sobre lienzo,
197 x 127,5 cm
Cleveland, Museum of Art

Pablo Picasso - La vida

De grandes dimensiones, esta obra fue asimismo pintada en Barcelona y es una de las más ambiciosas de Picasso, sobre todo por su carga simbólica. Es un cuadro imponente, tanto por su tamaño como por el estudio que precedió a la obra acabada. Conocemos dos bocetos preparatorios, a pluma y a lápiz, este último realizado en el reverso de una carta. En él, la figura masculina tiene los rasgos del autor, mientras que en el cuadro definitivo tendrá los de Casagemas.

La alegoría que Picasso ha querido representar no es fácil de descifrar. Algunos críticos han despachado el problema definiendo el lienzo como “una obra problemática”; otros, por el contrario, reconociendo el motivo simbólico de las dos parejas, han ofrecido diversas interpretaciones de la relación entre ellas: para unos expresan la incompatibilidad entre vida y amor sexual, para otros la pareja humana, fuente de la vida, muestra e indica el fruto de la unión física, que sostiene en sus brazos la mujer envuelta en un manto.

La composición es sencilla y sintética y las figuras poseen una rigidez casi estatuaria. Al fondo, entre los dos grupos de figuras, aparecen dos estudios de desnudos, como si la escena se desarrollara en el taller de un pintor. A pesar de que el tema del primer plano es el amor terreno, los dibujos de atrás, como una admonición, parecen recordar al espectador que la vida es dolor.

Es probable que el proyecto originario de la obra fuese más complejo (el autor decidió cambiar el rostro de uno de los protagonistas con respecto a los bocetos y no representarlo totalmente desnudo).

Sea cual fuere la interpretación de La vida, el cuadro sigue siendo ambiguo. Fuentes religiosas y profanas se mezclan en una atmósfera que recuerda el dolor y la tristeza de Adán y Eva ante la pérdida de la eternidad, pérdida representada por un niño que casi parece muerto y por una mujer que ya no es joven.