1902
Oleo sobre lienzo,
152 x 100 cm San Petersburgo,
Museo Estatal del Ermitage

Pablo Picasso - Las dos hermanas (El encuentro)

Picasso ejecutó este gran lienzo en el verano de 1902 en Barcelona. Representa uno de los momentos culminantes de su pintura en aquellos años, en el cual la monocromía azul determinaba la estructura entera de la obra. Ésta, aunque inacabada, es una de las pinturas en las que el tema de la prostitución y el de la madre con su hijo es narrado con refinada sencillez, dosificando los sentimientos patéticos.

La obra, cuyas protagonistas son dos hermanas, plasma con dramática simplicidad la petición de ayuda de una de ellas, que, enferma y con la cabeza inclinada, se dirige a la otra.

Según Max Jacob, los personajes mostrarían, por el contrario, el encuentro entre una prostituta y una joven madre. La primera, a la izquierda, lleva el pañuelo blanco que era obligatorio para las mujeres enfermas de sífilis que se recuperaban en el hospital de Saint-Lazare. La hipotética madre, a la derecha, tiene en sus brazos a su hijo y consuela, abrazándola, a la prostituta enferma.

Tanto en la composición como en los paños, Picasso cita la iconografía mariana de la Visitación. Las dos hermanas recuerda a los frescos catalanes del siglo XIII que Picasso tuvo ocasión de ver en el museo de arte catalán de Barcelona. En la ejecución de los pliegues de la capa que lleva la prostituta se perciben las líneas rígidas y geométricas del arte gótico, que contrastan con las redondeadas que marcan las pantorrillas y las rodillas.

Max Jacob criticó con aspereza la obra, diciendo que se centraba demasiado en los sentimientos y en el alma y no lo bastante en la forma. En realidad, el patetismo, gracias a la severidad de la composición y de la actitud de las dos mujeres, es mucho más contenido que en la serie de ciegos y mendigos de obras anteriores.