1901
Oleo sobre lienzo,
150 x 90 cm
París, Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris

Pablo Picasso - Evocación (El funeral de Casagemas)

Durante la primera estancia parisiense, Carlos Casagemas y Picasso conocieron, en el estudio del pintor barcelonés Isidro No-nell, a la modelo Germane Gargallo. Picasso la retrató en primer plano a la izquierda en el Moulin de la Galette, sin saber aún lo que la mujer significaría para él y sobre todo para Casagemas.

Este se enamoró perdidamente; de poco sirvió el intento de su amigo de distraerlo llevándolo a Barcelona. En febrero de 1901 volvió a París y, desesperado, se mató de un disparo en un café del Bou-levard de Clichy. Obsesionado por la muerte de su amigo, Picasso le dedicó diversos cuadros: el Retrato de Casagemas muerto, La muerte de Casagemas y finalmente Evocación, pero, al margen de la elección del tema, los cambios más radicales afectaron al estilo y al lenguaje: la renuncia a la policromía de las nuevas exigencias expresivas. El azul, en Picasso, es un color frío, melancólico, a través del cual el pintor expresa su tristeza y la de sus personajes: “Fue pensando que Casagemas había muerto como me puse a pintar en azul”, declaró Picasso, que en Evocación se vale de extensas superficies de este color.

La superficie irregular, la composición escenográfica y las grandes dimensiones recuerdan la obra maestra de El Greco El entierro del conde de Orgaz, que Picasso pudo estudiar en Toledo. Como en Mujer de azul y Le Moulin de la Galette, la elección de la cita pretende conferir un fuerte impacto iconográfico, al mismo tiempo que un intento de caricatura que se resuelve en la representación de prostitutas y cuerpos desnudos, uno de los cuales abraza al alma de Casagemas mientras ésta sube al cielo en un caballo blanco.