1937
Óleo sobre lienzo, 129 x 194 cm Venecia, Peggy Guggenheim Collection

Picasso - Mujeres jugando en la playa

En estos años, Picasso trabaja con el yeso; nacen esculturas de blancura deslumbradora, volúmenes redondeados que recuerdan el cuerpo lozano y de carnación clara de MarieThérése. La pintura y la escultura estuvieron siempre en continuo contacto y constante diálogo, y a menudo las técnicas de una se integran en las de la otra. Las dos jóvenes bañistas parecen esculpidas en piedra pómez. Los cuerpos, compuestos por piezas de piedra y hueso ensambladas, muestran, como otros tantos elementos autónomos, las distintas partes de su anatomía. Los volúmenes redondeados que definen las figuras, como los de la barquita con la que juegan, están cortados por ángulos bruscos que recuerdan la escultura cubista. Unas cabezas pequeñas sobre cuellos largos aparecen entre los brazos poliédricos y afilados. La inestabilidad de la estructura compositiva, a pesar de la aparente solidez del material, hace las figuras paradójicamente inseguras; a ellas se suma otra que se asoma por el fondo. Todas están dotadas de una gracia y una ternura semejantes a las que Picasso expresa en los retratos de sus propios hijos.