Año 1873
Óleo sobre lienzo, 50 x 65 cm París, Musée d'Orsay

Claude Monet - Las amapolas

La obra fue realizada en el campo de Argenteuil y la figura femenina de primer plano es Camille, esposa del pintor. La joven se inserta en el paisaje como una "impresión" que se funde totalmente, a nivel perceptivo, con él. Los contornos están diluidos y Monet se concentra en las manchas de color, que sirven para recordar emotivamente los objetos descritos. También se estimula la sensación de profundidad porque, si se observa atentamente, el cuadro está realizado mediante zonas tonales planas. La composición se construye en torno al eje del horizonte, que la subdivide en dos partes, ocupadas respectivamente por el cielo y el campo de amapolas. Las dos zonas son casi equivalentes en extensión; en la del cielo se concentra toda la luminosidad, mientras que el peso cromático es mayor en la del campo, salpicado del rojo de las amapolas. La entonación general es muy delicada y el uso de la pintura al óleo simula los efectos mórbidos y blandos del pastel. El camino iniciado por el artista es declaradamente subjetivo y lírico, en el sentido de que propone, escogiendo de entre una amplia variedad de posibilidades, su personal interpretación del paisaje.

Monet aborda muchas veces el tema del paseo o el reposo en el campo en estos años, en los cuales muestra todavía una gran versatilidad en cuanto al enfoque de los asuntos que elige pintar. Este aspecto de continua y agotadora investigación de lo que hay que representar forma también parte del bagaje de experiencias que lo conducirá después a volver sobre el mismo asunto durante períodos cada vez más prolongados.