1924-1925
Oleo sobre lienzo,
65 x 92 cm
París, colección particular

Miró - Diálogo de insectos

En el clima del Carnaval de Arlequín se inserta esta obra, que figura sin duda entre las más surrealistas del pintor. La división horizontal del escenario corta en dos partes el cuadro; en la inferior, en la tierra, crecen árboles y vagan seres fantásticos con antenas, bigote o alas. La luna que brilla alta en el cielo de un azul intenso es muy similar a la de Perro ladrando a la luna. Símbolo femenino por excelencia, parece iluminar con su luz un poco fría toda la escena. Con habilidad de narrador, Miró nos cuenta una fábula, recrea un universo paralelo que parece convivir con el real.

Todo el espacio pictórico es animado por el diálogo que tiene lugar entre los extraños insectos-personajes, que habitan un planeta desierto. La utilización del color es como siempre armónica y equilibrada: al contraste neto de azul y marrón hacen de contrapunto las notas de amarillo y anaranjado que guían al espectador desde la derecha del cuadro hasta la mariposa, que revolotea alrededor del árbol, y hacia arriba hasta la luna, y después a la izquierda, donde se divierten otras extrañas figuras revoloteantes.

Son éstos unos años de intensa actividad artística para Miró y para el grupo surrealista. En 1925 se celebra en París, en la galería Pierre, una exposición individual de éxito, a la que seguirá, en la misma galería, la muestra La pintura surrealista, con la participación de Chirico, Man Ray y Picasso. Al año siguiente expone en Nueva York en una colectiva organizada por Duchamp.