1922-1923
Óleo sobre lienzo,
38 x 48 cm
Nueva York, The Museum of Modern Art
© 2004, Digital image, The Museum of Modern Art, Nueva York / Scala, Florencia

Miró - La espiga

Como sucede en La lámpara de carburo, estamos ante un Miró que sitúa con precisión los objetos en la composición. Son evidentes aún las huellas, en el modo de representar la espiga, del “ca-ligrafismo” maniático de cuadros como La masía, que hemos visto formando parte de una etapa concreta del estilo del artista.

Una vez más, Miró prueba suerte con un género tradicional, el de la naturaleza muerta. Cuando Miró aprende a dibujar, su relación con las formas es más bien problemática; en este momento es como si estuviese todavía en una fase de estudio de su arte.

En esta obra se deja ver la búsqueda de lo esencial: los colores son apagados y todos en la misma tonalidad, aparte de algunas trazas de rojo en el contenedor con tapa en segundo plano. Es interesante la concepción del espacio y la sucesión de planos, dada aquí por la serie de líneas que dibujan objetos y por la diagonal de la mesa, que atraviesa el cuadro del primer plano hasta el ángulo opuesto. Lo que se deja ver con gran claridad es el interés del artista por una nueva concepción gráfica y espacial que luego estará en la base de toda su producción artística hasta la madurez.