1935
Óleo sobre cobre, 23 x 32 cm Barcelona, Fundació Joan Miró

Miró - Hombre y mujer frente a un montón de excrementos

Se manifiesta aquí, mediante el peculiar uso de los colores, el sentimiento de angustia, la opresión y la impotencia que el artista experimenta ante la situación política que el país está viviendo. Sólo con que se asome a su mente el presagio de la guerra, la inquietud de Miró lo conduce a un experimentalismo que comprende técnica, soporte y asunto. El cuadro acentúa, merced al fondo deslizante, al cual se adhiere el color de manera no homogénea, y a la dirección vertical de las pinceladas, el efecto de alargamiento de las figuras. Miró produjo una serie de cuadros en los que la luz se torna cruda, irreal y fosforescente, intensificando aún más la atmósfera oscura que invade la obra. En primer plano tenemos dos extraños seres, caracterizados por la presencia de atributos sexuales masculinos y femeninos, con los brazos levantados y gesticulando entre sí en lo que parece ser un coloquio. A la derecha, como una presencia amenazadora, el montón de excrementos, que ha asumido la forma de un gran ídolo y está bañado en una luminosidad que contrasta con las tinieblas circundantes. El color, áspero y filamentoso, avivado aquí y allá en la superficie del cuadro, acentúa el efecto de luz y sombra, confiriendo mayor dramatismo a la escena, dominado por estos centinelas erguidos y en guardia, como presagiando lo que está a punto de ocurrir. Es la traducción en imágenes del presentimiento de una catástrofe inminente que percibía Miró. Quizá las figuras no sean otra cosa que una representación de la humanidad turbada ante algo que se abre camino en el horizonte, cuya marcha no se puede detener, como una inminente amenaza que procede de un poder superior.