1799-1800
Óleo sobre lienzo, 204 x 125 cm Nápoles, Museo e Gallerie Nazionali di Capodimonte

Francisco de Goya - María Luisa en traje de corte

Esta pintura es una réplica del retrato que se encuentra en el Prado, compañero del de Carlos IV en uniforme de coronel de la Guardia, y forma parte de una serie de retratos de la pareja real que Goya realizó en la época del gran cuadro de familia y que fueron posiblemente encargados en bloque para el decenario del reinado. El pintor dio comienzo al trabajo en otoño de 1799, inmediatamente después de su nombramiento como primer pintor de cálinara y ejecutó un número de retratos ecuestres y otros cuyos modelos, de pie, aparecen en atavíos diversos (Carlos IV en traje de caza; María Luisa con mantilla, etcétera), pero todos pintados con un desdén de espadachín en la representación de los valores de la materia y con una tensión psicológica y una mirada implacable casi embarazosos. El efecto, grotesco, es el que tendría una mona vestida de persona. Realmente, la expresión animalesca de la reina, el rostro surcado de arrugas, los ojos consumidos y ennegrecidos, los delgados labios plegados en un amago de sonrisa maliciosa, parecen revelar de ella más de cuanto se puede imaginar que ella hubiera querido. Un rostro en el cual el aspecto desagradable y la inadecuación al papel social que el personaje desempeña resaltan todavía más por aparecer encima de un vestido elegantísimo, entretejido de reflejos de un fulgor corno de ascua. Destacan de la sombradensa del fondo las sedas marfil y anaranjada del traje de corte, bordado con anchas bandas de hilos de oro y recorrido por una vibración encrespada de crujidos, en el cual la tenue luz se inflama y se oscurece, de un pliegue a otro, como impulsada por una llama languideciente.