1793 -1795
Óleo sobre lienzo,

42 x 28 cm

Madrid, Real Academia de San Fernando

Francisco de Goya - Autorretrato en el taller

Uno de los autorretratos goyescos más enigmáticos, esta pequeña tela muestra al pintor trabajando, vestido con gran elegancia y un punto de excentricidad, como por lo demás era prerrogativa de la categoría desde las indicaciones de Leonardo. Goya lleva calzón de color marrón con rayas azules horizontales, chaqueta de terciopelo con vueltas rojas, chaleco rayado y los cabellos sueltos sobre la espalda, al uso francés postrevolucionario.

El retrato, está ejecutado al contraluz, teniendo como fondo un vitral que permite al pintor disponer de toda la luz necesaria para su trabajo, aunque sabemos que pintaba también de noche ayudándose de aquel extraño sombrero con que se nos presenta. Se trata en realidad de un soporte en el que Goya colocaba las velas porque, como sabemos por un escrito de su hijo Javier, "los últimos toques para el mejor efecto de un cuadro los daba de noche, con luz artificial". Y aquí está quizá el secreto de esos fragmentos impalpables, llenos de sombra, en los cuales los pliegues y reflejos de los ropajes de sus retratos parecen desaparecer y reaparecer continuamente, como bajo el efecto de un resplandor cambiante y movible.