1777
Óleo sobre lienzo, 275 x 190 cm Madrid, Museo Nacional del Prado

Francisco de Goya - El paseo en Andalucía

Como la anterior, esta pintura forma parte de la serie de diez cartones para tapices destinados a la decoración del comedor de los príncipes de Asturias en el Pardo. Fue entregada a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara el 12 de agosto de 1777. Conocida también como La maja y los embozados, es descrita con precisión por Goya como el momento previo a un altercado entre el acompañante de la gitana y el chusco sentado abajo a la izquierda, respaldado por los dos compadres que platican entre sí. El acompañante ya ha hinchado el pecho y está presto a sacar la espada, pero la mujer trata de interponerse entre los duelistas con un gesto pacificador para evitar el choque. Goya dedica una especial atención a la descripción del atavío del chusco, cuyo rostro se oculta bajo el sombrero y tras un pañuelo negro. Lleva unos calzones de pana roja con botones de oro y una espada que sobresale de la capa; en ellos encontramos el gusto dieciochesco por la representación de "tipos" y de los trajes característicos que los identifican y reflejan su carácter. En las canciones de la época, además, los gitanos eran siempre los protagonistas de pendencias de amor como la que está a punto de tener lugar en el cuadro de Goya. Espléndida la textura lumínica, con el sol que se filtra a trechos por entre las frondas de los pinos; también la cromática: véanse las capas azules forradas de seda rosa o el traje gitanesco y colorista de la maja. Goya, como en las demás telas de esta serie, subraya en la descripción que la "invención" le pertenece a él, evidentemente con el fin de reivindicar la originalidad de las pinturas y desmarcarse de la etiqueta de alumno de Bayeu, bajo cuya dirección ejecutó los cartones.