1923-1924
Oleo sobre lienzo,
104 x 75 cm
Saint Petersburgo, The Salvador Dalí Museum, ant. E. and A. Reynolds Morse Collection

Dalí - Retrato de mi hermana y figura picassiana contrapuesta

Este retrato está pintado parcialmente encima del Retrato de mi hermana, del cual se ha conservado visible el rostro en la parte superior del lienzo. Las dos muchachas son su hermana Ana María y su prima Montserrat, pintada en un segundo momento en formas patentemente picassianas; las dos aparecen con frecuencia en los cuadros de Dalí y se contaron entre sus modelos preferidas.

En el cuadro se deja ver con claridad la influencia de las obras contemporáneas de Picasso, caracterizadas por un sólido aire monumental y grandes ojos desencajados. Aparecerán a menudo esti-lemas picassianos en muchos cuadros de estos años, como testimonio del aprecio de Salvador por el maestro de Málaga, que, siendo aquél todavía un niño, durante la I Guerra Mundial, había estado en Cadaqués visitando a la familia Pichot.

Del 11 al 18 de abril de 1926, Dalí, a la sazón de veintidós años de edad, hizo con su hermana y una tía su primer viaje a París, donde, con una carta de presentación de Federico García Lorca, pudo visitar a Picasso y conocer así personalmente a su famoso compatriota. Según parece, se presentó diciendo: “Vengo a su casa incluso antes de ir al Louvre”, y que Picasso contestó: “No ha hecho mal”.

Más adelante, Dalí escribiría: “Picasso es sin duda, después de mi padre, el hombre en el cual he pensado con más frecuencia”. La admiración incondicional de los primeros tiempos dejó paso después a un sentimiento de rivalidad, si bien el reconocimiento de su valor nunca disminuyó.