1951
Óleo sobre lienzo, 205 x 116 cm Glasgow, The Glasgow Art Gallery

Dalí - Cristo de san Juan de la Cruz

Es éste quizá el más espectacular de los cuadros religiosos de Dalí y uno de los más famosos en general del artista. La originalidad del atrevido escorzo y una indudable habilidad técnica lo han hecho popular entre el gran público, hasta el punto de ser objeto de un acto vandálico por parte de un fanático que, en los años cincuenta, causó daños de escasa gravedad al lienzo. Dalí dijo que se había inspirado en un dibujo del místico español Juan de la Cruz conservado en el monasterio de la Encarnación de Ávila, y en una imagen, que decía haber visto en un sueño, de un círculo dentro de un triángulo. Esta figura, en la cual creyó reconocer nada menos que el núcleo del átomo, era similar en su esquema al dibujo visto en Ávila, de modo que el artista decidió utilizarlo en la composición de este cuadro. Un aspecto original de la invención es la ausencia, en el Cristo, de los símbolos tradicionales de la Pasión, como la corona de espinas y los clavos de manos y pies. Dalí justificaba estas omisiones por su deseo de pintar a Cristo "bello como un dios, que Él en verdad era". La fascinación del cuadro se debe en parte al efecto dramático a que da lugar el fuerte claroscuro y en parte al bello paisaje de Port Lligat, inspirado, según parece, en un dibujo de Velázquez para la Rendición de Breda, mientras que las dos figurillas de la playa se derivan de una pintura de Le Nain. En el transcurso de los años cincuenta, el pintor probó suerte otras veces con el tema del crucifijo; en 1954 pinta el Corpus hypercubus, para el cual decía haberse basado en las teorías contenidas en el Discurso sobre la forma cúbica del arquitecto del siglo XVI Juan de Herrera, que proyectó el Escorial. Como modelo para el Cristo, Dalí se sirvió del actor americano Russ Saunders, famoso doble de Hollywood.